El telar de cintura para mí no es solo una forma de trabajar, es parte de mi vida. Desde pequeña he visto cómo mi mamá y mis abuelas tejían, y poco a poco fui aprendiendo yo también. El proceso puede parecer largo y complicado para quien no lo conoce, pero para mí cada paso tiene su propio significado. El urdido, el montaje, y luego finalmente el tejido, todos requieren paciencia y mucho amor por lo que hacemos. Saber que los productos que hacemos, como estas bolsas tejidas en colaboraciones, viajan lejos y llegan a personas que aprecian nuestro trabajo, me llena de orgullo. Cada pedido es una oportunidad para seguir preservando nuestra cultura y, al mismo tiempo, apoyar a mi familia. Con cada puntada siento que estoy no solo creando algo hermoso, sino también transmitiendo un pedacito de la historia de mi pueblo..»